Cartel propagandístico en las calles de Pyongyang.
Corea del Norte es un país contradictorio, comúnmente calificado como hermético. La información sale a cuentagotas y siempre de forma controlada. Es una dictadura, comunista pero hereditaria. Y el líder del país, Kim Jong-il, coherente con la medida de lo posible, piensa en quién le suceda: su hijo Kim Jong-un, el menor de la saga.
Aunque oficialmente no está confirmado, fuentes de Corea del Sur aseguran que en los últimos días se han observado movimientos de militares hacia la capital Pyongyang que podrían poner de relieve la proximidad de la cumbre del partido, la primera en tres décadas.
Coreografías nacionales
De la misma manera, en los colegios norcoreanos también se han ensayado coreografías y cánticos que muchos pensaron que se crearon precisamente para el más pequeño de los hijos del líder. La agencia de noticias china Xinhua también dice que durante el pasado fin de semana hubo ensayos en las calles de lo que sería un desfile conmemorativo, con flores y guirnaldas.
'Vamos a hacer esta cita festiva que brillará en la historia de nuestro país y nuestra gente'
Las televisiones locales y los anuncios estáticos en las ciudades muestran sin tapujos un lema-exhortación: 'Vamos a hacer esta cita festiva que brillará en la historia de nuestro país y nuestra gente'. El periódico del régimen, 'The Rodong Sinmun' concreta algo más sobre el misterioso evento, asegurando que funcionarios de otras regiones ya han sido avisados de que se producirán cambios en las líneas básicas de la política y de personal en el corazón del liderazgo del régimen.
El diario reza: "Los corazones de la gente esperan la ocasión revolucionaria, festiva, y se alegran por su alegría y felicidad".
El 'qué' más que el 'quién'
Son pistas que apuntan al 'qué', quizá con mayor intensidad que al 'quién', toda vez que la fecha se aproximará mucho al 62 aniversario de la fundación de la República Popular a cargo de Kim il-Sung, padre de Kim Jong-il y abuelo del hipotético sucesor.
Aunque las apuestas seguirán abiertas, desde hace meses se especula con quién heredará de Kim Jong-il el mando de Corea del Norte. El actual líder, de 68 años, sufrió un ataque hace dos que debilitó su estado de salud aunque desde ese momento se ha dejado ver en numerosos actos de propaganda e incluso ha llevado a cabo visitas a su vecino y gran aliado, China.
De celebrarse, finalmente, será el primer congreso del partido desde 1980, momento en el que el propio Kim Jong-il fue confirmado como sucesor de su padre, si bien no asumió el cargo hasta la muerte de éste, en 1994.
Un nuevo líder 'invisible'
Ahora, el nieto pequeño del fundador podría ser señalado como el nuevo líder. Poco, muy poco, se sabe sobre Kim Jong-un, ni siquiera su edad, con exactitud. Se le calculan 27 ó 28 años, se sabe que estudió en una prestigiosa escuela internacional de Berna, en Suiza y no parece existir ninguna imagen pública más que una, atribuida, de cuando era adolescente.
Imagen que supuestamente muestra a Kim Jong-un, adolescente.
Desde Corea del Sur se está avisando de que en los últimos tiempos la maquinaria propagandística del Norte está labrando un culto a la personalidad de Jong-un que le muestren, a ojos del pueblo, como un líder digno de asumir el papel de director del país. Su ascenso en la jerarquía del partido ya resultó llamativa el pasado año cuando obtuvo plaza en el parlamento sin pasar por los filtros habituales.
La comunidad internacional, mientras tanto, contempla y espera los posibles cambios que pudiera conllevar el supuesto relevo, especialmente en las conversaciones a seis bandas en las que Pyongyang está inmersa en relación a su programa nuclear o, de una manera más local, en las tensas relaciones con Corea del Sur.